Punto de encuentro para los amantes de la historia, el arte y los grabados




El rincón de Tucídides aspira, sin pretensiones, a presentar toda aquella información interesante al respecto de la historia, el arte, fotos de grabados y libros antiguos de mi colección, citas de libros que me han gustado, referencias que vaya encontrando sobre estos temas, en fin todo aquello que me interesa, y que espero pueda ser atractivo para los demás.

"Insulae Balearides et Pytiusae"

"Insulae Balearides et Pytiusae"
"Novus Atlas" o "Theatrum Orbis Terrarum", de Blaeu, Amsterdam, 1640

La frase


"Mientras vivas procura constantemente instruirte, no presumas que la vejez lleve consigo la sabiduría"

Solón (638 a.C- 558 a.C)


Plan de Palma de N. de Fer

Plan de Palma de N. de Fer
Plano de Palma de N. de Fer (s. XVIII)

domingo, 1 de marzo de 2015

La genialidad y belleza de Giotto di Biondone

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Posible retrato de Giotto atribuido a Paolo Uccelo
Durante el siglo xiii ciudades de la Toscana como Pisa, Siena, Pistoia y Florencia, consolidan su posición política y económica, permitiéndoles desarrollar una cultura artística peculiar, otorgando a la Toscana una incontestable primacía cultural. En este contexto, nace en 1267  en Colle di Vespignano, no lejos de Florencia, Biagio o Agnolo, llamado Giotto, y muere en 1337 en Florencia, siendo considerado dentro de la pintura gótica del Trecento el máximo exponente de la escuela de Florencia. Su vida es conocida a través de fuentes literarias y leyendas. Su pintura se caracteriza por difundir un arte duro, con monumentalismo, sentido volumétrico, teatralidad y contenido dramático en ocasiones.
 
Es posible que Giotto llegase a Florencia a principios de la década de 1280 y que se formara en el taller de Cimabue, caracterizado por un alejamiento de los modos bizantinos a favor de un estilo nuevo de clara influencia clásica. La obra más antigua atribuida al pintor es la Virgen de la iglesia parroquial de Borgo San Lorenzo (1267- 1290), mal conservada, incompleta, de intensa expresividad, alejado de los esquemas inmóviles y hieráticos de las vírgenes de la época, supone una anticipación de su posterior “poética de los afectos”.
 
El periodo de su estancia en Roma (1267-1290) fue crucial en su formación,  influido por la técnica y la estilística de pintores de la escuela romana, Pietro Cavallini, Jacopo Torrit y Arnolfo di Cambio, expresión de la síntesis entre la fuerza clásica y el dinamismo gótico. Es posible que sean suyas un Profeta en Santa María Maggiore, y un Crucifijo de Santa María in Aracoeli. Se le atribuye la Cruz de Santa María Novella, en sus dos tablones laterales aparecen María y San Juan de proporciones clásicas, mientras que la figura de Cristo es autónoma respecto al soporte de madera, la aureola y las piernas se encuentran dentro del esquema de la cruz. En el tablón inferior está representado el Gólgota.
 
Cruz de Santa María Novella
El primer gran encargo es para la basílica de San Francisco de Asís (1296-1300) promovida por el papa Gregorio ix, en concreto la Bóveda de los Doctores, en los cuatro plementos del crucero adyacente a la primera fachada se representan los cuatro primeros doctores de la Iglesia, destaca por su brillante cromatismo, la monumentalidad de sus figuras, y la exuberante decoración de motivos geométricos, figurativos y florales. Sobre la pared derecha de la tercera campata se encuentran las dos Historia de Isaac, atribuidos a Giotto, de modos más expresivos, destaca una nueva relación entre las figuras y el espacio, y la adquisición de una sensibilidad volumétrica. Sustituye la técnica del “pontate” por el sistema “en jornadas”. El elemento más revolucionario de su pintura es la reproducción de las cosas materiales como si fuesen reales, más allá de su vertiente simbólica.
 
 

"La expulsión de los diablos de Arezzo" en la Basílica de
San Francisco de Asís
En Historias de San Francisco (1291-1294), la ambientación se basa en la realidad humana y terrena, así se representan de forma minuciosa animales, plantas, vajillas, rocas, edificios etc. Crea una visión de conjunto, un fondo que contribuye al equilibrio de la composición, inteligible por el hombre, se trata de unas cajas en perspectiva. La amplitud de su narración en 28 recuadros divididos en ternos, pintados en el registro inferior de la nave, están basados en la Leyenda mayor de San Buenaventura. Cada campata contiene tres historias, separadas entre sí por columnas salomónicas, que sostienen una cornisa artesonada con ménsulas pintadas, da la sensación de un escenario en el que se desarrolla la vida del santo. El tratamiento de la luz también es un rasgo importante. La atribución a Giotto es objeto de debate, si bien se reconoce la paternidad de la organización de todos los episodios, de ahí la unidad del ciclo, existen dudas a la hora de distinguir la labor del maestro de la de sus ayudantes, sobre todo en los últimos episodios de la vida de San Francisco. De esta misma época es la Virgen de San Giorgio alla Costa, caracterizada por su naturalidad en las proporciones, refinada en los detalles, un tanto rígida y monumental.
 
Posiblemente en 1297 Giotto regresa a Roma y pinta la toma de posesión de Laterano por parte de Bonifacio viii, del que sólo se conservan un fragmento. Antes de partir a Padua destacan dos obras, el Políptico de Badia (1301), caracterizado por el interés en el marco, precisión en los ropajes, descripción más minuciosa de los atributos, contraste cromático de las ropas, uso de la luz, y mayor humanidad en el rostro de la Virgen. Y el Crucifijo Malatestiano o Rímini, al cual le faltan los tablones, la figura es más alargada y pegada a la madera, sutil y elegante, su línea de contorno resulta neta con un precioso tejido, y con un cromatismo refinado modulado por un juego de sombras. 
"La adoración de los Magos" de la capilla Scrovegni
En 1302 el maestro recibió unos encargos en Padua, la basílica de San Antonio, conservándose algunos frescos de la sala Capitular, el Palazzo Comunale, obra hoy perdida, y la Capilla Scrovegni (1302-1305), o capilla de la Arena o de la Anunciada, perfectamente conservada. El autor consigue una acertada síntesis entre figura y espacio como una estructura unitaria, nos encontramos ante un protohumanismo. Las figuras que forman el aparato decorativo (las figuras alegóricas de los Vicios y las Virtudes, medallones de diferentes tamaños, los bustos del Cristo redentor y la Virgen con el Niño) y las historias ilustradas en los recuadros evidencian un complejo programa iconográfico síntesis de la tradición bíblica y cristiana. Los temas tratados son las Historias de Joaquín, Historias de la Virgen, la Visitación y la Anunciación, y las Historias de Jesús. La Historia sagrada es tratada de forma más humana y terrenal, en un tono solemne y sostenido, las imágenes son testimonio de fe, aunque también pueden ser leídas en la dimensión real de su tiempo, y su vida cotidiana. La relación entre los protagonistas y el espacio se aprecia en el plano de los significados y en el de la visibilidad, los fondos arquitectónicos y paisajísticos se repiten para unificar episodios cronológicamente sucesivos. Los edificios son de corte clásico y proporcionados, mientras que los paisajes son sencillos, abiertos, de naturaleza rocosa con unos arbolillos. Las figuras son más humanas, de fisonomías individualizadas y psicológicamente caracterizadas, se identifica mejor a los protagonistas, están concebidos en un sentido plástico, de sencillas geometrías, en contornos netos, suavizados por la luz coloreada que aclaran ropas y trasparenta rostros. También distingue entre diferentes clases sociales, prestando atención a los aspectos cotidianos, ropas y atributos externos.
 
La "Maestà" di Ognissanti
Esta última obra le da a Giotto gran prestigio, siendo muy requerido por mecenas, lo que precisa de un taller con decenas de pintores. Del segundo decenio del siglo xiv es la Virgen de la iglesia de Ognisanti. En 1313 posiblemente Giotto se desplaza a Roma para realizar el mosaico de la Navecilla,  encargo del cardenal Stefaneschi, hoy perdido. En la basílica inferior de Asís se le atribuyen los frescos de  la capilla de la Magdalena (1315-1318), con sus paisajes extensos y desolados, figuras de proporciones reducidas, y  su colorido y luminosidad. En 1320 vuelve a Roma para cumplir otro encargo, el  llamado Políptico Stefaneschi, para colocarse sobre el altar mayor de la basílica de San Pedro, en el que aparecen en su parte anterior y posterior, San Pedro en el trono, Cristo bendecidor, la Crucifixión de Pedro y la decapitación de San Pablo, de carácter simbólico y arcaizante. El Políptico Horne  es del segundo decenio del siglo xiv.
 
El último gran ciclo de frescos de Giotto sobre la vida de San Francisco se encuentra en la capilla de los Bardi (1315- 1320) en la iglesia de Santa Croce, no está divida en bloques plásticos, los espacios amplios están ocupados por edificios monumentales, los personajes aparecen ligados los unos con los otros de forma suave, con fisonomías y gestos naturales, figuras más delgadas y alargadas, el cromatismo tenue y refinado. En la misma iglesia decoró la capilla Peruzzi (1325), de tono más sobrio y seco que los precedentes, en los edificios se aprecia una vuelta a los clásicos, está más cerca del renacimiento que del gótico. También en Santa Croce, pintó el Políptico Baroncelli. También Giotto trabaja en Nápoles y en Milán, sin que conservemos ninguna obra de este período. Finalmente, hay que resaltar su actividad arquitectónica, aunque no existe ninguna certeza al respecto, se le atribuyen el Campanile de Florencia, el Puente de Carraia en Florencia, hoy desaparecido, y la ya citada capilla Scrovegni.

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