Punto de encuentro para los amantes de la historia, el arte y los grabados




El rincón de Tucídides aspira, sin pretensiones, a presentar toda aquella información interesante al respecto de la historia, el arte, fotos de grabados y libros antiguos de mi colección, citas de libros que me han gustado, referencias que vaya encontrando sobre estos temas, en fin todo aquello que me interesa, y que espero pueda ser atractivo para los demás.

"Insulae Balearides et Pytiusae"

"Insulae Balearides et Pytiusae"
"Novus Atlas" o "Theatrum Orbis Terrarum", de Blaeu, Amsterdam, 1640

La frase


"Mientras vivas procura constantemente instruirte, no presumas que la vejez lleve consigo la sabiduría"

Solón (638 a.C- 558 a.C)


Plan de Palma de N. de Fer

Plan de Palma de N. de Fer
Plano de Palma de N. de Fer (s. XVIII)

domingo, 26 de junio de 2011

El Parlamentarismo británico durante la dinastía Hannover

La dinastía de Hannover accedió al trono inglés en la figura de Jorge i (1714-1727) en 1714 gracias a la aplicación del Act of Settlment de 1701. La oposición del gobierno torie a la nueva monarquía llevó al reciente entronizado monarca a buscar el apoyo whig, nombrando para su gobierno a figuras destacadas como Walpole, Townshend, Stanhope y Halifax. Los tories tenían mayoría en ambas cámaras del Parlamento, por ello fue disuelto, se convocaron elecciones en la Cámara de los Comunes, alcanzando los whigs una clara victoria. Con la nueva apertura del Parlamento el 17 de marzo de 1715 los principales miembros del anterior gobierno, y destacados tories, fueron acusados de traición, llevando al exilio a Bolingbroke y Oxford. Jorge i aprovechó el levantamiento jacobita para acusar a los tories de ser partidarios de los Estuardo, y así mantener la mayoría whig en la Cámara de los Comunes aprobando la Septennial Bill, por la que las elecciones se debían celebrar cada siete años en lugar de los tres establecidos en la Triennal Act. Las disensiones personales en el seno del gabinete, y las diferencias en política exterior, la caída de Townshend y Walpole, y el ascenso al poder de Stanhope y Sunderland.

Stanhope dirigió el gabinete durante cuatro años (1717-1721), en cuyo gobierno acertó en política internacional con la firma del tratado de paz con Francia, mientras que en política interior fracasó, primero por su posición de tolerancia religiosa con los católicos y su intento de derogar las leyes anticatólicas. Segundo por su intento de reformar el sistema de nombramiento en la Cámara de los Lores con la aprobación del Peerage Bill (1719), y que le enfrentó además con la Cámara de los Comunes. La definitiva caída de este gabinete la desencadenó la crisis de la Compañía del Mar del Sur que en su fracasado intento de adquirir 3/5 de la deuda nacional arrastró a sus inversores. Aquí surge la figura de Walpole que consigue llevar adelante la transmisión de la deuda de esta compañía a la Compañía de las Indias Orientales y al Banco de Inglaterra, aminorando con ello las nefastas consecuencias económicas anteriores. Durante el período comprendido entre 1721 y 1727 se vivió una época de desarrollo económico debido a la política seguida por Walpole que ponía orden  en la hacienda, creaba un fondo destinado a la amortización de la deuda del estado, suprimía tasas, reformaba el sistema impositivo, y elevaba las tarifas de los productos importados. Este buen momento económico se vio favorecido, por una parte por el mantenimiento del orden interior de una posible amenaza jacobita,  facilitado por la detención de sospechosos, la suspensión del Habeas Corpus Act y la imposición de una tasa sobre los católicos. Y por otra por la existencia de una paz exterior.

La muerte de Jorge i en 1727 y la subida al trono de Jorge ii (1728-1760) llevó, por poco tiempo, al cargo de Primer Lord del Tesoro a Sir Spencer Compton, siendo sustituido de nuevo por Walpole que estuvo al frente del gabinete durante el período de 1727 a 1742. Walpole controló la Cámara de los Comunes lo que le permitió mantenerse en el poder, a pesar de la fuerte oposición de los tories encabezados por Bolingbroke, los denominados patriotas, los jacobitas, whigs descontentos y una prensa cada vez más ácida contra el gobierno. Consiguió las victorias electorales en 1727 y 1734, si bien también saboreó reveses como la retirada del plan de impuestos sobre el consumo en 1733. Con la retirada a Francia de Bolingbroke, William Pitt se erigió como su mayor enemigo político. La paz exterior que se había disfrutado hasta este momento se trunca, y el período se caracteriza por una pérdida de poder en Europa debido sobre todo a la firma del primer Pacto de Familia entre Francia y España y el tratado de neutralidad entre Holanda y Francia. La soledad en la que se encontraba Gran Bretaña se puso de manifiesto en 1739 con “la guerra de la oreja de Jenkins” con España, una guerra con intereses económicos de fondo, que a la postre, y después de perder votaciones en la Cámara de los Comunes y perder poder en las elecciones de 1741, le llevó a dimitir. Este hecho dejó patente que no se podía gobernar sin el apoyo del monarca y de la Cámara de los Comunes, que de esta manera alcanzaba mayor preeminencia que la Cámara de los Lores.

Desde 1742 hasta el final del reinado en 1760 se caracteriza por el desplazamiento del interés por la política interior en beneficio de la exterior. El sustituto de Walpole, Carteret, realizó una política agresiva que culminaría con la guerra con Francia en 1744 con la oposición en la Cámara de los Comunes de los hermanos Pelham y William Pitt. El nuevo conflicto anglo-francés llevó aparejado un nuevo levantamiento jacobita iniciado en 1745 por Carlos Eduardo, por el que tomó Edimburgo e invadió Inglaterra, y que finalizó en 1747 con la ejecución de alguno de los cabecillas y la huida a Francia del “joven pretendiente”. En este contexto Carteret se quedó solo, aunque el monarca en un principio no accedió al cambio de gobierno, al final se tuvo que plegar a la presión ejercida por los nuevos coaligados, los hermanos Pelham y Pitt, en 1748, una vez culminada la paz con Francia y ya resuelto el problema jacobita. Henry Pelham ejerció como Primer Lord del Tesoro desarrollando una política de reducción de la deuda y apoyo al comercio y la industria hasta su muerte en 1754, a partir de aquí su hermano el duque de Newcastle, secretario de estado, asumía su cargo en compañía de William Pitt, el cual fue el encargado de gestionar la guerra de los Siete Años.

El acceso al trono de Jorge iii (1760-1811) se inició con un rechazo de la política de William Pitt, y su sustitución por el tory conde Bute en 1761, responsable de la negociación del tratado de París de 1763 con Francia, a pesar de la oposición de los financieros y de la opinión pública británica, que al final consiguieron su dimisión en 1763. Hasta 1770 el gabinete vive una situación de inestabilidad y surge además el nacimiento en el Parlamento de un partido de “los amigos del rey”.  Los gobiernos whig se suceden, se inicia la crisis con las colonias norteamericanas, se pone en duda la legitimidad del Parlamento inglés para fijar nuevas tasas en las colonias, y surge el movimiento del radicalismo fundamentado en una serie de asociaciones políticas al margen del parlamentarismo y cuya máxima aspiración era conseguir una mayor libertad de prensa y la reforma electoral. En 1770 con el nombramiento del tory Lord North vuelve la estabilidad política y el desarrollo económico hasta que la crisis americana se convierte en una guerra que finaliza en la posterior capitulación de Yorktown en 1781, se aumentan los impuestos, la opinión pública es cada vez más crítica con el gobierno, y a su vez tiene que hacer frente al resurgir del problema católico en Irlanda, provocando en 1780 disturbios en Londres, los denominados Gordon Riots. Todo ello lleva a la pérdida del gobierno por la moción de censura del Parlamento de 20 de marzo de 1782. El poder fue controlado por la coalición de Lord North y Charles James Fox hasta diciembre de 1783, cuando no pudieron sacar adelante en la Cámara de los Lores la East India Bill, siendo sustituidos por William Pitt el Joven. Hasta 1801, fecha de su dimisión, su gobierno se caracteriza por los intentos de recuperar económicamente el país fomentando el comercio y la industria, por la denominada “crisis de la regencia” (1788-1789) a consecuencia de los síntomas de enfermedad mental del monarca que ocasionó la división de los whigs, y por el estallido de la Revolución Francesa que propició un incremento del conservadurismo y el resurgimiento de los problemas independentistas de Irlanda que finalizó con la Ley de Unión de 1800 por la que el Parlamento irlandés fue absorbido por el británico. La oposición del rey al proyecto de abolición de las leyes anticatólicas propicio la caída de su gabinete. Quedaba pendiente hasta 1832 una auténtica reforma parlamentaria que acabase con la oligarquía gubernamental.

Breve descripción de la acepción "Celtas"

Todo lo relativo a los Celtas que englobaríamos dentro de la voz “céltico” no es un término unívoco, hace referencia a diversos puntos de vista, así hablamos de gente designada de este modo por griegos y romanos, en lingüística afecta a un grupo perteneciente a la familia indoeuropea, también se refiere al complejo arqueológico de la Europa centro- occidental que abarca una serie de culturas, y finalmente es un estilo artístico.

El conocimiento que se tiene de los Celtas proviene de una serie de fuentes. Las literarias grecolatinas a partir del 600 a.C. muestran un deficiente conocimiento geográfico y de las fuentes, además de tener asumido la distinción entre “nuestra cultura” y “su barbarie”. La relación de autores es muy amplia, desde Herodoto, Aristóteles, Jenofonte, Apolonio de Rodas, Estrabón, Diodoro de Sicilia, hasta Julio César, Tito Livio, Trogo Pompeyo y Tácito, entre los más destacados.

Los términos utilizados como designación étnica de carácter general fueron “keltoi” y “celtae”, aunque también se utilizaron otros sinónimos de los anteriores como “galatae” y “galli”, con diferencias conceptuales entre ellos.

La épica irlandesa más antigua, la hibernia del s. IX, y posterior, si bien está muy influenciada por el horizonte paleocristiano, describe la organización e instituciones antiguas.

Las fuentes citadas tienen que servir de complemento a la arqueología, que nos permite estudiar la tecnología, el hábitat, economía, ideología y muerte, y a los restos lingüísticos que nos han llegado a través de la epigrafía, numismática y toponimia.

El origen de la lengua céltica hay que buscarlo en el conjunto de lenguas indoeuropeas a partir de un protoindoeuropeo de unos pueblos nómadas, que según unos autores sitúan en el área septentrional, en concreto relacionado con la cultura de los Kurganes de las estepas existentes entre el Mar Negro y el Volga, mientras que otros lo sitúan en el área meridional, desde el Anatolia a Irán, donde han aparecido los textos más antiguos.

Del protoindoeuropeo surgiría un protocéltico en tiempo y lugar imprecisos, que sería el tronco común de las dos variantes conocidas, el celta de la “g” ó goidélico, más arcaico, y el celta de la “p” ó britónico, más innovador.

La romanización puso freno a la geografía lingüística  céltica quedando restringida al área más noroccidental.

El mundo celta evoluciona desde el Bronce Final con las poblaciones de los “Campos de Urnas”, sigue durante la primera Edad del Hierro con la Cultura de Hallstatt, y concluye en la segunda Edad del Hierro con la civilización de La Tène.