Punto de encuentro para los amantes de la historia, el arte y los grabados




El rincón de Tucídides aspira, sin pretensiones, a presentar toda aquella información interesante al respecto de la historia, el arte, fotos de grabados y libros antiguos de mi colección, citas de libros que me han gustado, referencias que vaya encontrando sobre estos temas, en fin todo aquello que me interesa, y que espero pueda ser atractivo para los demás.

"Insulae Balearides et Pytiusae"

"Insulae Balearides et Pytiusae"
"Novus Atlas" o "Theatrum Orbis Terrarum", de Blaeu, Amsterdam, 1640

La frase


"Mientras vivas procura constantemente instruirte, no presumas que la vejez lleve consigo la sabiduría"

Solón (638 a.C- 558 a.C)


Plan de Palma de N. de Fer

Plan de Palma de N. de Fer
Plano de Palma de N. de Fer (s. XVIII)

jueves, 31 de agosto de 2017

Artemisia Gentileschi y su obra "Susana y los viejos"

El tema representado de Susana y los viejos se encuentra en el capítulo 13 del Libro de Daniel, donde se narra que dos viejos observaban con ojos lujuriosos a la esposa de Joaquín mientras se bañaba en el jardín de su casa, éstos le piden que ceda a sus deseos lascivos, indicándole con el dedo que guarde silencio, a lo cual ella se niega con claro gesto de desagrado, escena representada en el cuadro de Artemisia Gentileschi. La consecuencia fue que los viejos la acusaron falsamente de adulterio, encargándose Daniel de juzgar y finalmente demostrar que los viejos incurrieron en falso testimonio y Susana era inocente. El relato fue objeto de comentarios de los teólogos con la finalidad de descifrar el sentido simbólico del texto. Desde el período paleocristiano se ha considerado a Susana y su castidad como símbolo del alma salvada y de la Iglesia calumniada por judíos y paganos, además de un ejemplo de justicia. El juicio de Daniel ha sido equiparado al de Salomón.

Las dos principales representaciones de su ciclo son Susana en el Baño, y su juicio y la lapidación de los viejos. En este caso me centraré sólo en el baño. La iconografía de Susana ya aparece en las catacumbas de Priscila en Roma (s. IV), dejamos de tener representaciones desde los siglos V al VIII, volviendo a partir del siglo IX a disponer de buenos ejemplares como la Biblia San Isidoro de León (s. X) y la Biblia Roda (s. XI). A finales de la Edad Media Susana aparecerá en la decoración de ayuntamientos donde estaba el tribunal de los regidores como ejemplo de justicia. Hasta el final de este período el tema es tratado con pudor y delicadeza, mientras que a partir del siglo XVI los pintores renacentistas y barrocos retratan el momento del baño, recalcando el disfrute lascivo de los viejos y el cuerpo rebosante de erotismo de Susana, como en las obras de Guercino (1617), Tintoretto (1560-1565) y Rubens (1609-16109). Pero la obra de Gentileschi se sale del estereotipo de su época, ya que destaca más bien por el dolor y la angustia de la víctima, parece que la pintora expresaba sus propios sentimientos por la violación que sufrió en 1611 a manos del pintor Tassi, amigo de su padre.

Ya en el siglo XIX encontramos un ejemplo que me ha llamado la atención y me ha impresionado por su cambio de perspectiva, se trata de la obra del pintor romántico Francesco Hayez, en la cual se encuentra Susana de espaldas, dejando solamente entrever su erotismo, no aparecen los viejos, y su pudorosa mirada vuelta hacia el espectador parece que nos quiere dar a entender que los viejos somos nosotros, verdaderamente una delicia.

Las expediciones españolas en América del Norte en el siglo XVIII

Retrato de Alejandro Malaspina. Anónimo.
(Museo Naval de Madrid)
Los españoles a lo largo del siglo XVIII recorrieron las costas del Pacífico norte llegando hasta la costa noroeste americana y Alaska. Esta zona era desconocida y sólo accesible bordeando Tierra de Fuego y como no se sabía donde acababa América por el septentrión se intentó buscar el paso del Noroeste que unía el Pacífico y el Atlántico. Se inició una competición por el control de la zona, y fue Vitus Bering, danés al servicio de Rusia, quien en 1728 exploró el mar que separa Asia de América, y que lleva su nombre, alcanzando en su segundo viaje las islas Aleutianas en 1741. Los comerciantes rusos financiaron expediciones a las costas más occidentales de América debido a la abundancia de pieles.

Esta presencia rusa empujó a los españoles a organizar expediciones al norte de California con la intención de determinar el alcance de la penetración y reafirmar los derechos de España sobre las tierras descubiertas en esas latitudes. Así en 1774 el piloto Juan Pérez llegó hasta el norte del archipiélago Reina Carlota y posteriormente hasta un fondeadero denominado Nutka en la costa occidental de la actual isla de Vancouver.

Ante el creciente interés ruso por asentarse en Nutka, una expedición española guiada por Esteban Martínez desembarcó en 1787, construyó un fuerte y detuvo aquellos barcos comerciantes ingleses que no reconocían la soberanía española, fue el inicio de un conflicto con Inglaterra.

En abril de 1791 ya en Acapulco Malaspina recibió el encargo de Carlos IV para seguir la búsqueda del anhelado paso del Noroeste por lo que llegó a Alaska, allí al convencerse de la inexistencia de éste regresó de nuevo a Acapulco después de haber pasado por Nutka, Monterrey y California.

Las negociaciones entre Inglaterra y España condujeron a la organización en 1792 de una expedición diplomática y científica a Nutka capitaneada por Juan de la Bodega y Cuadra para determinar los límites y los puntos de la discordia, se entrevistó con el capitán inglés Vancouver, pero no llegaron a ningún acuerdo, y fueron sus respectivos gobiernos los que concluyeron en 1794 la tercera Convención de Nutka por la que la fortificación española debía ser abandonada y se permitiría el libre acceso de ambas naciones.

Ese mismo año de 1792 el virrey de Nueva España , el conde de Revillagigedo, había perdido las esperanzas de descubrir el paso del Noroeste, por lo que organizó una expedición dedicada a realizar observaciones astronómicas y físicas, y levantamiento de planos en el estrecho de Juan de Fuca. Al mando de las goletas Sutil y Mexicana la misión fue dirigida por Dionisio Alcalá Galiano y Cayetano Valdés, oficiales formados en la escuela de guardiamarinas y componentes de la expedición Malaspina, quien además los recomendó para esta expedición.