Punto de encuentro para los amantes de la historia, el arte y los grabados




El rincón de Tucídides aspira, sin pretensiones, a presentar toda aquella información interesante al respecto de la historia, el arte, fotos de grabados y libros antiguos de mi colección, citas de libros que me han gustado, referencias que vaya encontrando sobre estos temas, en fin todo aquello que me interesa, y que espero pueda ser atractivo para los demás.

"Insulae Balearides et Pytiusae"

"Insulae Balearides et Pytiusae"
"Novus Atlas" o "Theatrum Orbis Terrarum", de Blaeu, Amsterdam, 1640

La frase


"Mientras vivas procura constantemente instruirte, no presumas que la vejez lleve consigo la sabiduría"

Solón (638 a.C- 558 a.C)


Plan de Palma de N. de Fer

Plan de Palma de N. de Fer
Plano de Palma de N. de Fer (s. XVIII)

viernes, 19 de julio de 2013

Monumento turriforme de Pozo Moro

Sepulcro de Pozo Moro en el Museo
Arqueológico
 Nacional
El monumento turriforme de Pozo Moro construido en el tránsito del siglo vi al v a.C., pertenece al mundo ibero, y está situado en la necrópolis del mismo nombre que se encuentra en el municipio de Chinchilla de Montearagón (Albacete). Está ubicado estratégicamente y enlazaba de alguna manera una serie de vías de comunicación, la Vereda Real de Cartagena, la Vía Herakleia, y Bolbax- Pozo Moro, y el Camino Pozo Cañada- Horna. Su cercanía de Tartessos le confería la categoría de centro de comunicaciones del mundo ibérico. Su hallazgo fue de capital importancia para el estudio de la arquitectura ibérica.
 
Se trata de un edificio funerario que cubría  un enterramiento cuyo ajuar está compuesto por piezas de procedencia helénica. Está construido con sillares de piedra con una altura aproximada de 6 metros, alguno de los cuales se halla decorado con varios relieves, dispuestos en forma de friso o banda horizontal, que describen escenas sobre antepasados, fundadores de la dinastía de los que erigieron el monumento, y sus relaciones con una divinidad, así como animales fabulosos, que son considerados novedosos por sus temas y por su estilo. El conjunto se halla flanqueado por cuatro leones esculpidos en piedra cuya función es apotropaica, o sea encargados de alejar los malos espíritus del cuerpo del difunto. El conjunto está rematado con varias molduras, alguna de las cuales tiene forma de gola similar a las egipcias y un acabado con forma piramidal. La construcción se asentaba sobre un pavimento de cantos con forma de lingote chipriota de clara influencia oriental. Alrededor del monumento había un “témenos” o recinto sagrado formado por unas pocas hileras de tapial. Los constructores del monumento no tuvieron en cuenta las condiciones del terreno, la inadecuada cimentación provocó el derrumbe en poco tiempo lo que ha permitido que nos llegase en buenas condiciones de conservación.
 
Detalle de uno de sus leones
La construcción se ha realizado a base de sillares de piedra. Un sillar es una “piedra, generalmente en forma de paralelepípedo y sección rectangular, que se utiliza en la construcción”. Exigen el empleo de útiles y mecanismos para su traslado y están muy trabajadas con una o más caras labradas. Normalmente tienen forma paralelepipédica, aunque pueden tener otras diversas formas según su disposición. Su peso también puede ser variable desde los 75 kg hasta los 150 kg. Su cara vista se llama paramento, las laterales juntas, la superior sobrelecho y la inferior lecho. Este tipo de trabajo era realizado por un cantero. Su trabajo se inicia mediante la selección de las piedras en estado natural según su labrabilidad, posteriormente se realizan toda una serie de operaciones denominadas “labra de la piedra”. Las acciones básicas que se realiza en obras de este período serían: el corte, que permite transporta bloques más manejables; el desbaste, con el que el artesano le daba el perfil definitivo eliminando así las irregularidades de la primera acción; el acabado o labra hasta darle a la piedra el tamaño y la forma definitiva antes de su colocación, según la calidad será más tosca o fina; y finalmente se realizaría la talla para darle un aspecto acabado, y un pulido mediante desgaste de la superficie que queda lisa. No me atrevería a decir si se ha realizado un bruñido para darle brillo.
 
Detalle de uno de sus relieves
En el mismo yacimiento se han encontrado restos que demuestran la existencia de construcciones similares, por lo que, aparte de su función como edificio funerario, estos monumentos tendrían una clara connotación territorial. El dominio de un territorio vendría marcado por la presencia de estas construcciones que condicionarían la percepción geográfica de los pobladores, la existencia de una necrópolis y la función simbólica alcanzaría al entorno físico. Debido a su estratégica situación el monumento turriforme de Pozo Moro sería visible para cualquier forastero que atravesase la zona, que a su vez recibiría el mensaje de pertenecía de este lugar a unos señores poderosos capaces de costear y construir monumentos impresionantes de clara influencia oriental.
 
El rito que practicaron fue el de la incineración para posteriormente colocar las cenizas en una urna y ésta en fosas, en las que no es raro que se aporten elementos personales, además de ofrendas como vasos cerámicos con comida o líquidos, armas o instrumentos de trabajo. Este tipo de necrópolis más simple es propio del área septentrional, mientras que en el sur se han encontrado pequeñas cámaras  o monumentos sepulcrales de pequeño tamaño, rectangulares o cuadrangulares. También aparecen tumbas de encachado tumular con gran acumulación de piedra no trabajada que cubre la urna.
 
El monumento turriforme de Pozo Moro es la mejor muestra de la cultura ibérica, no sólo nos permite apreciar su  arte más monumental, sino también sus concepciones funerarias y sus motivaciones territoriales de carácter político. Sus autores, los íberos, son un conjunto de pueblos un tanto enigmáticos, unos antepasados que vivieron en  la Península Ibérica que gracias al monumento comentado nos permite conocerlos un poco mejor.