Desde posiciones internas y defensoras de la UE aquel
que la critica lo hace desde el desconocimiento y desde convecciones
reaccionarias. Mientras que los euroescépticos ven que el mensaje que pretende transmitir la UE es
la de un determinismo histórico, como si
todo el proceso integrador no fuese más que una acumulación de procesos
inevitables.
Uno de los principales argumentos euroescépticos
argumentado por la ciudadanía es el déficit
democrático, argumento defendido a partir de aseveraciones sobre la
existencia de dicho déficit, como que la mayoría de las decisiones comunitarias
importantes están en manos de los gobiernos de los Estados, y no del Parlamento
de la UE, quedando así fuera de un control democrático. El Parlamento Europeo es el único órgano de
elección popular, pero con poco estímulo, es un organismo débil ante la toma de
decisiones que sean objeto de aplicación, puede ejercer únicamente la
posibilidad de censurar o bloquear las acciones del ejecutivo. No tiene capacidad en la fijación de
impuestos. Los discursos que emanan de las instituciones comunitarias tienen un
carácter burocrático y tecnocrático.
Según determinados puntos de vista euroescépticos las
decisiones políticas vienen condicionadas en muchas ocasiones por grupos de
presión de carácter económico que se sitúan alrededor de los organismos
comunitarios. La mayor parte de los ciudadanos europeos ven como una imposición
obligatoria todo el proceso integrador, mientras que son una minoría aquellos
que la defienden como un destino universal, son idealistas al respecto,
mientras que hay otros que están a su favor por mero interés económico o
político, como serían los empresarios y burócratas comunitarios.
La participación popular ha disminuido en las elecciones, la sensación que en
general se tiene es que las instituciones pretenden actuar alejados de las
decisiones y control ciudadano. Todas las decisiones vienen impuestas y son
adoptadas por instituciones lejanas que no han sido objeto de elección, y que
no deben responder ante nadie que haya sido elegido. En concreto el Consejo de
Ministros es un órgano parcialmente
elegido, pero sin control democrático, mientras que el Parlamento Europeo no
tiene eco en las elecciones europeas, la gente no muestra interés porque lo ve
como algo lejano de la realidad
cotidiana. La UE no ha impuesto una unidad política unidireccional,
sino que los intereses de los Estados nación se dejan entrever, principalmente
el eje París- Berlín se ha
posicionado como el verdadero cerebro de Europa, ninguna decisión puede salir
adelante sin su consentimiento. Tampoco hay auténticos partidos de corte europeo, sino
más bien agrupaciones dictadas por presuntas afinidades ideológicas. Las
realidades nacionales no han sido sustituidas por la unión supranacional, los
ejércitos siguen siendo nacionales y el principio de la división de poderes
tampoco está presente en la UE.
No han alcanzado
eco los símbolos comunes. Mientras que el euro sí que ha sido un éxito, pero ello no conlleva
necesariamente una unidad política, si bien se hace un esfuerzo por crear una
invención de una tradición para una comunidad sobreentendida e impuesta por
unas élites interesadas, es decir se presenta a la UE como el culmen de un
proceso evolutivo histórico, una consecuencia inevitable. Europa es presentada
como el centro del mundo y de la civilización, a su vez se defiende que las
guerras y enfrentamientos han quedado enterrados gracias a la UE. Los partidos
y sindicatos que en sus inicios estuvieron en contra se han ido
incorporando al proceso europeísta en
mayor o menor grado.
La construcción europea se presenta como un compromiso
entre el capitalismo, la democracia y el Estado del bienestar. A partir de
aquí las críticas que ha recibido la UE
es que Europa se basa en un capitalismo no tan agresivo como el americano, más
social, lo que se ha denominado el Estado del Bienestar, pero éste debido a la
crisis económica se encuentra en retroceso, se ha perdido capacidad económica. También
se le achaca que las políticas
neoliberales dominan los contenidos del Tratado de Maastricht y del
Pacto de Estabilidad. La Carta de Derechos de 2000 de Niza es inferior en
cobertura de derechos que los que defienden y recogen los Estados nacionales,
de ahí ese retroceso del Estado del
Bienestar por el que es criticada la UE. En sus aspectos económicos
también se le critica que el FMI, Banco Mundial OMC dominan los planteamientos
económicos europeos, y no permiten el desarrollo de aspectos más sociales.
La UE es vista por muchos sectores sociales como una defensora de la globalización a
ultranza y del capitalismo de corte EEUU. Se presta muy poca atención a la inversión en cuestiones sociales, menos
del 1,3%. Critica al proteccionismo y las subvenciones de la agricultura
europea.
En cuestiones políticas se producen constantes encuentros
y desencuentros entre los Estados nacionales, todo queda condicionado a la
primacía del eje franco- alemán, a pesar de las concepciones diferentes de lo
que tiene que ser la UE entre Francia y Alemania, a los que habría que añadir
al Reino Unido. Alemania es el centro del poder, cuenta además con más aliados
en la UE que Francia, lo que ocasiona que exista un rechazo por la ciudadanía
europea a las imposiciones del país germano. Otra cuestión espinosa es la de las áreas menos desarrolladas debido
a que apenas se han visto
beneficiadas, el mercado único favorece más a las regiones más
desarrolladas, se le achaca que aumenten las diferencias por motivos económicos.
Sus actuaciones exteriores son objeto de valoración y
análisis por la opinión pública, sobre todo en lo que respecta a los fondos de cooperación con el tercer
mundo, a pesar de reconocer que el 50% de lo que se mueve está aportado
por la UE. Así como a las fronteras
interiores y el control de la inmigración, considerada de carácter
represivo y que contradice la libertad de circulación en el seno de la UE. Aunque
por otra parte los extracomunitarios son necesarios por el envejecimiento de la
población y para que hagan aquellos trabajos que no quieren hacer los europeos.
El medioambiente es otra de
las asignaturas pendientes que da motivos de quejas a pie de calle, falta una
verdadera conciencia medioambiental, a pesar de la firma del Tratado de Kioto
es la segunda potencia contaminante después de EEUU.
La iglesia, sindicatos, y patronal critican la excesiva regulación, esto para
muchos debilita la sociedad civil. Los mass- media también marcan el carácter
euroescéptico en muchos países. Los diferentes sectores de la sociedad oscilan
entre un apoyo difuso a la UE, y aquellos específicos según áreas, sectores y
coyunturas. La ciudadanía distingue una triple acepción política: instituciones,
políticas y políticos que son objeto de valoración, apoyo o rechazo frontal.
La sociedad es euroescéptica debido a tres
motivos fundamentales: 1) la UE es invasiva normativamente; 2) no funciona de
modo democrático; y 3) se falsea el principio de subsidiaridad.
Los tres criterios de análisis son: 1)
evaluación efectiva (instrumental- utilitaria), íntimamente relacionada con la
dimensión económica; 2) evaluación cognitiva (racional- normativa), vinculada
con la dimensión de legitimidad; y 3) evaluación emotiva (identidad), con su
relación con la dimensión sentimental. No son únicos, son mezclados, no existe
predominio de uno sobre otro. El criterio económico es el que prima, principalmente
en aquellos países que aportan más de lo que reciben, ya que son caldo de
cultivo para el euroescepticismo. La aplicación de políticas neoliberales también
fomenta rechazo. Si bien la legitimidad política no es tan asumida como la
económica, solamente si es invasiva con determinadas políticas que afectan al
derecho penal, inmigración… se puede adoptar una postura euroescéptica. Es
evidente el choque entre instituciones comunitarias y las nacionales. El factor
identitario es clave para determinados partidos, principalmente de la derecha
radical, debido a que fomentan un nacionalismo exacerbado que rechaza la
ciudadanía europea. Aun así, es general que existe una mayor vinculación a la
identidad nacional que a la europea, todavía hay un fuerte apego al Estado
Nación.
En conclusión, la ciudadanía al margen de las
teorías y formas de pensamiento euroescéptico también es consciente de
determinadas carencias o desatenciones tanto de la política general
comunitaria, como de la política económica tachada de neoliberal, como de la
política social y medioambiental. Todos estos factores son aprovechados e
instrumentalizados por los partidos políticos para captar votos.