La
organización provincial de Augusto basada en la división en una provincia
senatorial (Baetica) y dos imperiales (Lusitania y Tarraconense) se mantuvo
inalterada hasta el siglo III, año en el que el emperador Caracalla escindió de
la Tarraconense una parte la Nova Citerior Antoniniana que posteriormente se
transformó en la Gallaecia. Fue Diocleciano
el que transformará profundamente la estructura política- administrativa del
Imperio Romano. En lo político, el Principado
es sustituido por el Dominado, y en lo administrativo, en el año 293 el Imperio
es dividido en prefecturas, que a su vez se subdividen en diócesis y éstas en
provincias. La reorganización territorial tuvo unas evidentes motivaciones
militares, económicas y fiscales. Todos estos cambios también afectaron a
Hispania, así se crea la Cartaginense por escisión de la Tarraconense, mientras
que tanto la Lusitania como la Baetica no se vieron afectadas territorialmente.
Por ello, estas cuatro provincias junto a la ya citada Gallaecia y la Mauritania
Tingitana formaban la Diocesis
Hispaniarum o Hispaniae, la cual dependía de la Prefectura de las Galias.
La Gallaecia estaba formada por el núcleo de
los antiguos conventus Bracaraugustanus,
Lucensis y Asturum, si bien el nombre que habilitó Diocleciano para la
provincia provenía de los conceptos de Gallaecia y Asturia que se utilizaban
relacionados con los procuratores
metallorum. Hay fuentes que refieren que cántabros y astures quedaban
incluidos en el territorio, y que Numancia era su límite oriental, aunque no
hay un conocimiento cierto de sus límites por la indefinición de las fuentes. La
Carthaginensis recibe el
nombre del antiguo conventus. Debido
a fuentes contradictorias sus límites no quedan claros, algunos incluyen Cauca
en la Gallaecia, otros en cambio sitúan a Numancia como el límite entre las
provincias.
La Mauritania
Tingitana, que se encontraba en el norte de África, fue incluida en la diócesis
debido a su situación estratégica y a las incursiones de tribus beréberes
nómadas sin romanizar, se tuvieron en cuenta razones militares, por este motivo
la Legio VII Gemina pasó de la Tarraconense
a la Bética. Ya durante la época de Augusto la colonia Iulia Constantia Zulil, cercana a Tingi, fue puesta bajo la
administración de la Bética. Pero fue Diocleciano quién dividió las provincias
africanas de 4 a 8, momento en el que Mauritania Tingitana se incorporó a la diocesis Hispaniarum
La
totalidad del territorio peninsular por primera vez se encontraba bajo control
de una misma autoridad, aunque se encontrase fuera, como era el prefecto de las
Galias, el cual respondía directamente ante la autoridad de emperador. El Laterculus Veronensis relata esta
reorganización administrativa llevada a cabo entre los años 303- 314.
Finalmente,
durante el reinado de Teodosio en el año 385 se creará una nueva provincia
desgajada de la Tarraconensis, la Balearica con capital en Pollentia. La
motivación es claramente estratégica y económica.
Prácticamente
no hay dudas de que la capital de la diócesis de Hispania fue Mérida, que a su
vez lo era de la provincia de la Lusitania.
Esta
nueva reforma entrañó la creación de tres altos cargos, el delegado del
prefecto de las Galias; el comes
hispaniarum que se encargaba de la administración civil, pero sin mando
militar, y que era un representante extraordinario del emperador; y por último
el vicarius hispaniarum que durante
el reinado de Constantino reemplazará al comes
hispaniarum. Los vicarios controlaban y fiscalizaban las actividades
administrativas de las provincias rindiendo cuentas o bien al prefecto de las
Galias o directamente al emperador. Su residencia se situaba o bien en Tarraco
o bien en Emérita Augusta.
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