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El rincón de Tucídides aspira, sin pretensiones, a presentar toda aquella información interesante al respecto de la historia, el arte, fotos de grabados y libros antiguos de mi colección, citas de libros que me han gustado, referencias que vaya encontrando sobre estos temas, en fin todo aquello que me interesa, y que espero pueda ser atractivo para los demás.

"Insulae Balearides et Pytiusae"

"Insulae Balearides et Pytiusae"
"Novus Atlas" o "Theatrum Orbis Terrarum", de Blaeu, Amsterdam, 1640

La frase


"Mientras vivas procura constantemente instruirte, no presumas que la vejez lleve consigo la sabiduría"

Solón (638 a.C- 558 a.C)


Plan de Palma de N. de Fer

Plan de Palma de N. de Fer
Plano de Palma de N. de Fer (s. XVIII)

sábado, 30 de julio de 2011

Los templos egipcios durante el Imperio Nuevo

El Imperio Nuevo se inicia con la Dinastía XVIII. Egipto es una potencia imperialista que se caracteriza por tener una pujante economía basada en su numerosa población y una productiva agricultura  y artesanía. A su vez el faraón afirmaba su poder con el apoyo de una eficaz jerarquía funcionarial y con un clero influyente y poderoso. Durante este periodo podemos encontrar dos tipos de templos, unos dedicados al culto a los dioses, y otros al culto al faraón.

Los templos de culto a los dioses fueron realizados en un material como la piedra considerado “eterno”, a diferencia de los dedicados a los faraones donde hay mezcla de adobe y piedra. Uno de los más importantes es el Gran Templo de Amón en Karnak, consistente en un cuadrilátero de unos 360.000 metros cuadrados de superficie rodeado de un muro de adobe. Básicamente es obra de los sucesivos faraones del Imperio Nuevo que lo fueron engrandeciendo en conmemoración de las victorias obtenidas en el campo de batalla, y por el gran poder que ostentaba el clero de Amón. Destaca la sala hipóstila construida por Sestos I y Remeses II.

El otro de los que podríamos destacar es el Templo de Luxor construido principalmente por Amenhotep III y por Remeses II, tiene una longitud de unos 260 metros, estaba dedicado a Amón y dependía directamente del citado de Karnak. Estos templos parten siempre de un eje longitudinal  que organiza simétricamente los dos lados, representando cada uno de ellos el Alto y el Bajo Egipto. Básicamente las partes que lo componen son:

Camino de dios: Avenida bordeada de esfinges que conducía al templo. Es una avenida monumental, y con frecuencia las esfinges tienen el cuerpo de león y la cabeza de carnero o de animal sagrado que corresponde al dios del templo.
Pilonos: Muros trapezoidales en los que se abre la puerta. Tienen una misión eminentemente decorativa, y sobre su superficie se disponen relieves e inscripciones. Con frecuencia la puerta estaba flaqueada por obeliscos o estatuas colosales del faraón.
Sala hípetra:  es un patio con los lados porticados y cubierto, siendo la última parte del templo de acceso público.
Sala hipóstila: De cubierta adintelada y sostenida por gruesas columnas. El suelo está a un nivel más alto que el del patio, y el interior permanece en penumbra, iluminado sólo a través de las ventanas de la parte superior. A esta sala sólo podían entrar determinadas personas, y en ella se celebraban los distintos ritos y ceremonias. Las inscripciones y relieves, con frecuencia rehundidos, cubrían solo los muros y las columnas solían estar policromadas.
Sancta sanctorum: En la que se conserva la estatua del dios, la parte más cerrada y secreta del templo, a la que solo tenían acceso los sacerdotes encargados del culto.
Como he citado el otro tipo de templo es el de culto al faraón, siendo los más destacables los Templos de Abu Simbel, el Gran Speo y el Pequeño Speo dedicados a Rameses II y su esposa Nefertari. Aparecen representados también los dioses Amon , Re, Ptah y la diosa Hathor.

Posee el primero una curiosa particularidad, el 21 de febrero y el 19 de octubre, es decir, los días equinocciales, el primer rayo de sol franquea la puerta y va a iluminar por breves instantes las estatuas del faraón y el dios Ptah, que están al fondo de la nave. El valor simbólico del Sol no puede ser más evidente. Interiormente se distribuye del mismo modo que los grandes templos: un patio, en este caso cerrado, con pilastras, una sala hipóstila y el santuario. Probablemente se iluminó con luz artificial. La parte delantera se decora con esa gran fachada, donde aparecen representados Rameses y su mujer en tamaño colosal de hasta 20 metros de altura.

El Imperio Nuevo supuso un cambio en la manera en la que los faraones eran enterrados, desde Amenhotep I, Dinastía XVIII, la práctica totalidad lo haría en hipogeos excavados en la roca. Suelen tener numerosas salas, escaleras, rampas y pilastras exentas, todo decorado con frescos o relieves. El sarcófago con la momia real se encontraba siempre en la última sala.

En la Dinastía XVIII los hipogeos reales solían hacer algún ángulo recto y así la tumba cambiaba de orientación. El único faraón que no fue enterrado en el Valle de los Reyes fue Ajenatón, quien se hizo un hipogeo en el Wadi Real, al este de Tell el-Amarna, hallándose al fondo la tumba del faraón. Estos enterramientos obedecen a un tipo bastante uniforme: constan de una puerta abierta en la roca, que da acceso a un largo corredor (unos 100 metros) en pendiente, dividido en tres espacios diferenciados. En las paredes, una serie de capillas conduce a una o más cámaras. El mejor conservado, descubierto en 1922, es el de Tutankhamon, contiene prácticamente todos y cada uno de los elementos que configuraban un enterramiento del Imperio Nuevo, y con buena parte del ajuar intacto.

Desde la Dinastía XIX los hipogeos de reinas, princesas y príncipes menores de edad se encuentran en el Valle de las Reinas.

Las tumbas particulares solían ser un conjunto de capillas al aire libre y cámaras funerarias. La entrada estaba presidida por un piramidón. Dichas capillas se abren a un pequeño patio con un pozo de acceso a las cámaras funerarias.

El templo funerario mejor conocido es el de Hatshepsut  en Deir-el-Bahari, tiene forma aterrazada similar al de Mentuhotep, construido por el arquitecto Senmut, teniendo una parte construida en la roca. Sigue manteniendo la estructura iniciada en el Imperio Antiguo de templo del valle, calzada procesional, en este caso ascendente y el propio templo funerario. Actualmente sólo conserva dos terrazas de las tres que tenía originariamente.

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